viernes, 29 de abril de 2011

XXV.

Algunos días antes

Todavía vivo en la penumbra de una cápsula, inmóvil, hasta que el cuerpo adopte la estructura tripartita de cabeza, tórax y abdomen. Mientras espero que las condiciones ambientales se tornen favorables, acumulo proteínas, carbohidratos y unas cuantas expectativas. Esta fase de preparación me encuentra con la imaginación agudizada, pienso en el cortejo con las madreselvas y los jazmines,  en el color metalizado de las alas, en alguna innovadora trayectoria de vuelo…

Algunas horas antes

Nada extraordinario ha ocurrido después de salir del capullo. Allá quedaron, pisoteadas, cada una de mis esperanzas, y aunque el esfuerzo es grande, no consigo ir en contra de mi circunstancia biológica. Durante el día repliego las alas, de color pardo y apagado, para dormir en la humedad de los troncos. El polen de las flores tiene sabor a poco, lo único que me complace es la planta de tabaco, o la fruta podrida. Dicen que soy una de las plagas más destructivas, nunca fui bienvenida en los jardines vecinales porque atraigo a la muerte y a las almas oscuras, me acusan de ser un insecto de mal agüero.
Esperé en vano. Solo quiero que el mundo entero esté al tanto que las mariposas nocturnas no mueren de causas naturales.

3 comentarios:

  1. Lo asocio directamente con una parte del ser humano, si si, leiste bien, fijate que, esta muy ansiosa de nacer, de ver, de oler, de vivir......y cuando esto sucede, al muy poco tiempo, deja de existir.
    Como siempre adus, tus notas y/o comentarios son sin desperdicio, excelentes.
    Te amo mi chiquita.

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  2. Muy buena nota!A veces somos un poco como la mariposa nocturna,nos cuesta aceptar lo que somos y nos gustaria cambiar algo de lo que nos toco en suerte.Tal vez, si se puedan modificar algunas cosas,por lo menos intentarlo y si no nos sale como lo ansiamos,no sentirnos frustrados.Todo es mas sencillo de lo que creemos,a veces nos complicamos la existencia nosotros mismos.

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