lunes, 20 de diciembre de 2010

18 de diciembre

"Brindo por las celebraciones,
por esta y por las que vienen,  
porque se festeja como no se vive"

miércoles, 1 de diciembre de 2010

XVIII.

Encontré una mujer que regala plantas y una planta que vive suave sin reclamar agua.

Encontré el desprecio que asfixia apenas y una embestida caprichosa al mate amargo.

Encontré compañeros dispuestos a inclinarse y un rejunte de parásitos fanáticos de la joroba ajena.

Encontré la esperanza de la revuelta y pocos pirados que prueben fortuna.

Encontré tus ojos cansados. Esta mañana aceptaste sin bronca que el escritorio tiene el tamaño del mundo.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

XVII.

Andaba a paso sereno por la calle Gamarra cuando un soplo infrecuente sacudió mis cejas. En la primera intersección, una minúscula montaña de escombros interrumpía la solemne fisonomía de la vereda; restos de un banco energético, dicen los que saben, pues había almacenado la magia de todos los hombres que no jugaban a la escondida.

En los años dorados, fue la esquina portavoz de los desposeídos, espacio de rebeldía y romanticismo, manifiesto callejero y poesía barrial, lugar sin concesiones donde bullían los pensamientos del asfalto.

Frente a tan maravillosa expresión de algarabía, la reacción del intendente no se hizo esperar. Los vecinos aún recuerdan las palabras vociferadas en el acto del 18 de junio:

“El que aquí se detiene deja de lado sus obligaciones ciudadanas. Luis Guillón solo podrá convertirse en la ciudad cabecera del partido con trabajo, horas extras y cabezas gachas. No permitiré que en esta carrera al progreso ustedes terminen fuera del podio.”

Aplausos cerrados de los fanáticos y fin del acto. (Aunque el acto era lo de menos)

lunes, 1 de noviembre de 2010

XVI.

Corazón, sé que estás incrédulo
me doy cuenta por tu frecuencia impertérrita
las contracciones laxas no mienten

Es cierto que está nublado
que el amor anda un poco abatido
ayer se repite mañana, es cierto
sopla una ráfaga de mesura
y es difícil admitir que refrescó bastante

Corazón, sé que estás cansado
que los recuerdos sobran pero no alcanzan
esta tarde anunciaron por la radio
que aumentó la bolsa de insatisfacciones
en el mercado clandestino

Se aproximan buenos tiempos, creeme
¿podes aguantar con estas precarias bocanadas de esperanza?
no te olvides que hasta el acróbata
se aburre del equilibrio

sábado, 9 de octubre de 2010

XV.

                                                                                            dicen por ahí
                                                                                            que a Intensidad se la llevó el tiempo



Ella se convirtió
en una más
o una menos,
él siempre fue
más o menos el mismo.

Su curiosidad         la de ella
resistía adelgazada de ilusiones,
su alma                  la de él
transmutó exprimida de anhelos.

"Estoy pensando en usted"
dijo un abrazo de ella.

"Disculpe las molestias"
respondió un bostezo de él.

La magia desaparece
si no se alimenta
de plumas mensajeras,
videncias, tréboles y reyes.

Él empezó a profesar la ciencia.

Ella en cambio
murió de hambre.

martes, 21 de septiembre de 2010

XIV.

Mire a estribor:
una historia paralela
se desarrolla
instantánea

Usted claro no sabe
este tipo de cosas
no se cuentan en la infancia
y después es tarde
para creer semejante disparate

Mire a babor:
las artesanías priman
sobre el mundo del supermercado
y agonizan las estanterías
                                  el packaging
                                                  los códigos de barras
por supuesto
a nadie le importa
excepto al fantasma de Frederick Taylor

mueren los contribuyentes
                                     los clientes
                                                   los consumidores
el pueblo es sencillamente pueblo
el pueblo es principalmente pueblo

las parejas intercambian
fluidos de estrellas
cielos azules terciopelo
y hay entregas inmediatas
de soles
          néctar
                 margaritas

usted por ejemplo
tiene ganas de todo
incluso de enfrentar
el miedo a lo desconocido

Despabílese
que la calma
se vuelve taquicardia

miércoles, 8 de septiembre de 2010

XIII.

Esta es la historia de dos hojas de Álamo que brotaron en el mismo segundo y con la asombrosa habilidad para hablar el idioma de los Populus. Desde su florecimiento conquistaron el vicio de criticar a los Geranios, por su categoría de arbustos y su baja autoestima vegetal (prefieren las macetas que el suelo húmedo). Coincidían en que el canto del Pinzón Cebra era ideal para las mañanas de excesivo rocío, y que el maullido de los gatos blancos funcionaba como analgésico para conseguir un sueño profundo. De vez en cuando pedían al viento que fuera más caprichoso y menos intermitente, así eran posibles las caricias y el goce del Álamo entero, porque el éxtasis de las hojas hacia centellear el blanco plateado de todas las demás, envolviendo al jardín en una etérea sinfonía. Otras veces suplicaban el atraso del otoño, porque entonces no quedaría otra opción que enfrentarse con lo que en este texto son meras palabras: envejecimiento, desunión, tristeza, resignación... Prometieron encontrarse cuando alcazaran la condición humana, seguras de merecer la cúspide de la locura y la fiebre.

No sabían, pobres hojas de Álamo, que el destino siempre es el mismo, que su historia resistirá lo que una estación del año aunque renazcan como humanos o como hormigas obreras.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

La explicación del post anterior o la explicación de lo inexplicable

"No subiste nada" me dijo uno por ahí, "empezá a usar la imaginación" le contesté casi indignada.

La ecuación es simple: si no tuviera nada para decir, no habría hecho el post. Lo lamento por aquellos que esperaban una frase entre paréntesis, pero en este caso las palabras se las dejo a la academia.

¿Cómo explicar la alegría de vivir en un barrio, sin edificios longos que transformen la noche en un rectángulo y la luna en un mito? ¿Cómo explicar la confusión de no saber si te extraño porque te extraño o porque ya se me hizo costumbre, una linda costumbre, como fumar después de las doce cuando todos duermen? ¿Cómo explicar el fastidio de pensar en títulos o de saber que es domingo, aunque el problema no sea el domingo? ¿Cómo explicar la excitación de elegir un poema que no voy a leer, solo porque busco prolongar la curiosidad y el encanto? ¿Cómo explicar el cansancio de la rutina o el miedo a que el método deje de producir incomodidad y se convierta en directriz irrefutable? ¿Cómo explicar la adrenalina abdominal que producen algunos encuentros, o el terremoto que no contengo cuando me concentro en un ángel bandolero con luz, mandamientos y alas violetas? ¿Cómo explicar el rechazo a las generalizaciones, las preguntas que empiezan con cuanto, las mujeres que dicen es un divino, los que no hacen ruido de beso cuando saludan...?

A veces no encuentro las palabras justas. O no existen.

martes, 24 de agosto de 2010

X.

Este es un dibujo que nunca llegó a destino, viste cómo son las vueltas de la mente... De tanto mirarla se convirtió en un ser divino. Confío en su existencia y creo que a diferencia de lo que el sentido común advierte, la vida de esta burbuja-mariposa es más extensa que la de los humanos.

Las personas lógicas piensan que es una actitud caprichosa, delirante, aniñada, y ¿qué otra cosa puedo hacer aparte de sonreír y alejarme en puntas de pie? En un mundo donde solo importan los postulados científicos, las palabras del diccionario y las noticias del mediodía, decidí apostar por las ilusiones. ¡Salud!

sábado, 21 de agosto de 2010

IX.

Una porquería
esta última actualización
en dos mundos paralelos
                                 (vagamundos)
sin entretejidos
y roces tropicales
                                 (calma)
adivinando
el ph de los besos
y los grados Celsius
del sexo
                                 (las fantasias no mueren)

jueves, 19 de agosto de 2010

VIII.

Si una mirada se extiende tres segundos del tiempo reglamentario, se transforma en manifiesto. En esos instantes de voluntades imantadas, uno siente el cortocircuito de la dinamo interior al caer por una pendiente de revelaciones sagradas. Es una hazaña que destruye los contextos y los ayeres personales, la piel queda cautiva en una corriente de electrones capaz de derretir antifaces y gestos delivery. El universo desarticulado se vuelve fiesta, o combate de destellos fluorescentes, que para el caso es lo mismo.

Confieso, entonces, que una pizca de temor asoma por las hendiduras corporales: ¿qué pasa si en el choque de miradas surgen como Ave Fénix pedazos de sensaciones rejuvenecidas? ¿Qué pasa si descubro que los ojos son rancios y anónimos, producto de vínculos cenicientos y empantanados?

Por las dudas, decidí empezar a mirarte la oreja izquierda.

martes, 17 de agosto de 2010

Estación Villa Ventana

Es de noche y la ruta parece improvisar un camino; el mapa en la guantera es una simple formalidad porque nosotros somos los guiados por el andar de un auto, pretencioso en la búsqueda de novedades y metamorfosis. El silencio se transforma en sonido impostado, tan intenso que aturde, una sesión bonaerense para deshollinar los oídos de alarmas despertador y órdenes de jefes en estado de abstinencia sexual. ¡Mirá la sonrisa del cielo antiguo y la cantidad de luciérnagas petrificadas en resina esperando su propio nacimiento!

No quiero que este viaje golpee contra el murallón de los telones negros y que un hombre barbilampiño: "señores, hasta aquí llegó la recreación ansiada, les recomiendo bajar el nivel de expectativa para la próxima, feliz retorno".
Pero no. No hay monstruos este fin de semana, ni duendes vivarachos, ni fantasmas arrepentidos o almas en pena.

Con el sol brota la fantasía, y el apetito lacrimógeno se amplifica por la belleza de los tonos acuarela. Ofrecimiento sublime el de los cerros, al inspirar historias pretéritas en la superficie de sus ángulos y arrugas, que nada tienen que ver con el paso del tiempo sino con estampas de sabiduría. Hay una ventana que es umbral de nuevas dimensiones, donde las raíces por fin crecen hacia arriba, lejos del subsuelo, porque ese es habitad de muertos.

Si el frío no escarchara la nariz, estaría desnuda, pero todavía me falta coraje para trasladar a la praxis mis ganas mentales. No se entristezca, compañera, y fuerza para seguir intentando.

miércoles, 11 de agosto de 2010

VI.

Este es el color
de mi rabia vespertina
frente a las escasas glorias
y aleluyas
que el horóscopo dominguero anuncia

Es rabia escarlata que no comprende
sobre carambolas, empalmes
y zambas tristes
cuando el pulso cardíaco exhuma
los restos de un cuento sibilino

Esta rabia rubicunda
es prefacio de textos cortos, sencillos
y francos
es un estilo de espera
al anclaje final de los epílogos

lunes, 9 de agosto de 2010

V.

El hombre de corbata gris descubrió con indignación que su vuelo se había demorado una hora cuarenta y tres. Maldijo a la aerolínea en cuestión y se desplomó en los asientos ubicados a la izquierda, con la esperanza de encontrar en sus archivos memoriales alguna anécdota festiva para soportar la ansiedad de la espera.

El avión que trasladaba a la mujer de sombrero blanco arribó veintiseis minutos antes. Estaba resuelta a mentir sobre los motivos que la arrastraban a Buenos Aires, la verdad lisa y llana es aburrida, para aquellos que la cuentan y para el resto que escucha. Se sentó a esperar la llegada del auto de patente capicúa.

El aroma a dólar de la mujer de sombrero blanco interrumpió la tarde de golf del hombre de corbata gris. Simulando desinterés miró los tobillos finos y las uñas esculpidas. Pensó en invitarla al bar del segundo piso, "con certeza prefiere el café negro y sin azúcar; vive en el extranjero, pero estoy dispuesto a radicarme en otro país si me lo pide; le gusta Benedetti, `mi táctica es mirarte, aprender como sos´, ¿asi decía?; el sábado vamos al cine, están dando una de James Cameron; quizá el teatro sea más apropiado, hay una obra sobre Discépolo en cartel; me gustaría tener dos o tres hijos, un perro labrador y un chalet de ventanas amplias; en el primer aniversario le voy a regalar un vestido de raso azul para que lo pueda combinar con esos zapatos de taco aguja..."

Mientras él abusaba de las conjeturas, ella se alejó del aeropuerto con un armonioso movimiento de caderas.

Otro desencuentro en la vida del hombre de corbata gris. Sin embargo, no estaba desilusionado. Lo aterraba la posibilidad de descubrir que a la mujer de sombrero blanco le gusta el café cortado

viernes, 6 de agosto de 2010

IV.

En el conventillo de la estación se respira incredulidad. Los habitantes sufren en silencio la crisis de su Dios. Solo los agnósticos le perdonan el faltazo en pleno invierno, cuando hay record de gripe derramada en las veredas de barro. No fueron suficientes las baladas de rezos o las cajas de incienso sagrado para adelantar todos los milagros postergados. 

En la cumbre celebrada a fin de mes, solo una voz femenina hizo referencia a la desgracia: "Si no chillamos por los seis años de regalos que nos deben los Reyes Magos, podemos aguantar unos meses más el abandono de Dios". Nadie volteó siquiera a mirarle el peinado. No hay retorno, ahora es el conventillo de los infieles.

III.

Tengo
        la tristeza mustia
                 de reminiscencias memoriales
                     y evocaciones estelares
         la pena deprimida
                 de presencias franqueadas
                     y mimos labiales expatriados
         la pesadumbre incómoda
                 de cicatrices placenteras
                      y huellas que resplandecen por lo opaco
          entonces
no tengo


(Texto extraído de un blog amigo. No hay plagio porque No Smoking Orchestra me cedió los derechos)

jueves, 5 de agosto de 2010

II.

Me jode reconocer
que el universo entero
recuperó su velocidad metódica
que los humores corporales
están equilibrados y enmudecidos
para evitar percances y despistes
que las manos, vacías de esperanzas
tienen la seguridad de un horizonte repetido

los meteorólogos acertaron
no más lluvia y arco iris

I.

Liberar los talones del asfalto y desprenderse de las ataduras impuestas no es tarea sencilla... Vale la pena intentarlo... Cerramos los ojos y cedemos ante la voluntad del exterior que se hace humo... Lo fumamos en un suspiro... Imaginamos una canasta y en ella acumulamos frustraciones varias, dos o tres desamores, perdones que nunca llegaron a aforismos, porquerías libidinales inconcebidas, voces cargadas de juicios incoherentes, oportunidades desatendidas... Debemos pesar muchos kilos menos... Comenzamos a subir... No hay bombas molotov, ni alaridos fúnebres, ni trenes fuera de servicio, ni ringtones púberes, ni incendios que asfixiar... Un árbol... De lejos, apenas perceptible, la melodía de un sicus... El ritmo de nuestra respiración no coincide con la caminata carcelaria de aquellos oficinistas... Un pájaro... Los pensamientos se zambullen en un flujo continuo, dialogamos sobre cosas indecibles, desistimos de todas las palabras sacralizadas y los tópicos sobre los que conviene hablar... Trance hipnótico, cuerpo autónomo, soberanía individual... La lluvia corroe los reglamentos estacionales... Carcajadas... Un observador atento no dudaría en tildarnos de "locos lindos", así sentados en las raíces de un sauce; pero la adultez y la métrica cotidiana nublan de a poco los sentidos... Logramos entenderlos... No está permitido abandonar la vorágine y pausar el video clip, porque la cosa no funciona sin anestesia y status quo... Si se detienen como nosotros, piensan; piensan y abren los ojos; y preguntan; y cuestionan; y dudan; dejan de ser naturaleza muerta de exposición para convertirse en modelo vivo de vanguardia expresionista; y eso es poco serio.